En ésta ocasión, comparto con ustedes, unos escritos desarrollados en un curso que tomé hace un año, dichos escritos surgieron a petición del docente, con temas específicos e inspirados por la melodía de fondo proporcionada por el mismo.
LOS TEMAS:
- Lujuria
- Ira
- Ambición
- Apego
- Vanidad
LAS HISTORIAS:
1. El incontrolable deseo de Ramón.
En el mismo instante en que Ramón empezó a frecuentar constantemente la casa de su mejor amigo Gabriel, surgió en él una sensación que nunca había sentido y fue entonces cuando comprendió que las cosas cambiarían.
Ramón y Gabriel eran amigos desde la infancia, conocían todo uno del otro, sus familias, sus amigos, sus trabajos y compromisos, en fin, todo, y nunca había pasado algo como lo que estaría por suceder.
Ramón tenía 30 años y no había encontrado la mujer con la cual le hubiese gustado pasar el resto de sus días, pero Gabriel quien era tres años mayor que él, se había casado con una mujer a la cual quería como a un tesoro. Ramón desconocía a dicha mujer pues se había alejado de Gabriel en los últimos dos años debido a sus compromisos laborales, pero al volver, Gabriel quiso que su mejor amigo, casi su hermano, conociera a la persona que le había robado el corazón. Cuando Ramón conoció a esa mujer quedó impresionado con su belleza y se empezó a sentir atraído por ella a tal punto de no poder mantenerse alejado de dicha mujer, así que empezó a frecuentarla sin importar que Gabriel estuviera presente o no, buscando conquistar a la mujer que le quitaba el sueño y por la cual sería capaz de todo.
Ramón se olvidó de lo valiosa que era la amistad que había mantenido con Gabriel, lo único que le importaba era esa mujer, la mujer que lo hechizó, e insistió tanto que logró que ella también traicionara el amor que Gabriel le profesaba, y las cosas no iban a estar así por mucho tiempo, pues Gabriel se enteró de la situación y se apartó de ambos.
Ramón pronto se aburrió de la que fuera la esposa de su amigo, y empezó a buscar a una y otra mujer, alguna que lograra enseñarle el verdadero significado del amor, y nunca lo consiguió porque el problema no era encontrar el amor sino el deseo incontrolable de encontrar la satisfacción plena de sus deseos carnales.
2. Lección de vida.
Todo marchaba conforme se había planeado, pero de un momento a otro las cosas se salieron de su cause haciendo que Oscar perdiera la clama y se tropezara con la cruda realidad del mundo, y fue tan fuerte su sorpresa que empezó a desquitarse con todo aquel al que se encontraba en el camino.
Siempre buscó la forma de retornar a la estabilidad que tenía cuando la historia comenzó, sin importar lo que pudiera pasar a su alrededor, pero las cosas nunca serían como antes, pues era necesario que él se diera por enterado de que no es el único que sufre o puede llegar a sufrir las injusticias de la vida.
Al ver que las cosas no salían como él quería y que empeoraban cada vez más, llegó a querer darse por vencido, pero había algo en él que le impedía hacerlo, el orgullo, y no sólo eso, sino también la necesidad de demostrarse a si mismo que podía sortear cualquier situación que se le presentara, pero como siempre, no todo es tan fácil; la vida busca la forma de enseñarnos las cosas de la manera más sabia, y eso era lo que a Oscar le causaba indignación y enojo, se sentía impotente al no poder regresar a su vida anterior, frustrado al ver fracasar uno tras otro todos sus intentos, sus proyectos y sus planes, en fin.
Cada vez que fracasaba, más ira sentía contra todo y contra todos, todo se estaba convirtiendo en una obsesión para él, todo le producía malestar, nada era bueno, nada le satisfacía, sólo quería regresar a ser quien fue, y entre más ira sentía, más acababa con su vida, pues se alejó de todo y de todos porque creyó que lo que lo apartaba de su fin no era él, sino todo aquel que estaba con él. Se fue matando poco a poco, mató al hombre ingenioso que era antes, mató al hombre soñador, al hombre guerrero, mató su capacidad de amar, y renunció a ser, solo le importaba poseer.
La vida jamás le permitiría avanzar sin que aprendiera la lección, pero Oscar nunca quiso aprenderla, la vida le dio todas las herramientas para retornar a ser quien era, pero Oscar nunca las vio o no las quiso ver. Tenía a su lado a seres tan maravillosos que le apoyaban en todo momento y le alentaban a seguir luchando, y él las alejó, tenía la posibilidad de ayudar a otros pero nunca lo hizo, tenía mil cosas más pero la ira lo cegó, ira contra la vida y contra si mismo por no poder hacer lo que pretendía, y la misma ira fue la que lo condujo a un trágico final, un final que ni yo me atrevo a mencionar, pero un final que dejó una lección de vida, si no para él, si para aquellos que estuvieron con él.
3. La ambición terminó con la vida y despertó la realidad.
Cuando Patricia comenzó a triunfar, inició también una etapa de cambio en su vida, cambio que la llevaría a buscar siempre la forma de obtener más, más dinero, más poder, más bienes materiales; y cada día que pasaba, nada le era suficiente, siempre quería más, y pensaba que todo lo podría obtener fácilmente pues estaba confiada en que su trabajo le proporcionaría todas esas cosas que ella deseaba, sin darse cuenta que estaba perjudicando a los demás y de la misma manera estaba perjudicándose a sí misma, pues la compañía en la que trabajaba ya no tenía la misma competitividad que antes, ya no producía igual que antes, y todo porque los empleados se sentían maltratados, sentían que les estaban exigiendo demasiado y no se les remuneraba de forma proporcional a su desempeño, y fue entonces cuando le entregaron una carta de despido por malos tratos al personal de trabajo.
Dicha carta no le impediría continuar buscando obtener todo lo que quería, y dicha obsesión la llevaría también a cometer actos ilegales, llegó a robar, a mentir, a estafar, para Patricia no había un límite que le impidiera seguir adelante con sus objetivos, y no había quien pudiera sacarla de su error, pero las cosas no siempre salen como uno se propone, y a Patricia le llegó la hora de parar, de hacer un alto en el camino y ver en que se había convertido.
Lo triste de la historia es que Patricia se detuvo en el mismo instante, en que por su ambición, perdió al ser que más quería, pues cometió un error garrafal al involucrarse con gente peligrosa en negocios poco recomendables, y por querer más, decidieron acabar con ella, pero él, el único amor de Patricia, se interpuso entre la bala que le quitaría la vida y la mujer que representaba su vida; fue en ese momento en que Patricia recordó todo lo que había hecho y todo lo que había perdido por la ambición tan grande que la inundaba.
4. El apego de Laura a un amor.
Laura era una mujer que jamás estaba sola, estaba enamorada de la vida, y la misma le había regalado al amor de su vida; un hombre que la había amado, con quien había compartido todo, pero que en un determinado momento, y por el infortunio de la vida se separó de ella, dejando a Laura inmersa en una profunda tristeza y en una gran soledad.
El tiempo transcurría lentamente, y cada día que pasaba, Laura se entregaba más a la soledad, y se estaba dejando vencer por la muerte, pero sus amigos buscaban la forma de animarla y sacarla de su depresión, así que le empezaron a presentar a nuevas personas con las que ella compartía pero nunca sería como antes.
La soledad impulsó a que Laura buscara refugio en cada persona que pudiese llegar a su vida, pero sufría bastante cada vez que retornaba a esa orfandad en la que estaba desde hacía mucho tiempo. Ella no podía vivir sola, dependía cada vez más de la compañía de alguien, necesitaba dejar de sentirse sola, necesitaba estar siempre rodeada de personas y a la vez de nadie, pues quería que el causante de su soledad retornara a su vida; pues él y solo él había marcado la vida de Laura, ella se apegó tanto a él, que no concebía la vida sin estar a su lado y cuando buscaba apartarse del recuerdo, era éste mismo el que la hacía regresar a esa infinita soledad en la que vivía y de la cual solo podría salir en el mismo instante en que se reuniera con su amado, el único inconveniente era que la eternidad los separaba y él jamás regresaría a rescatar a Laura de esa soledad pues la muerte los había apartado.
5. La vida vacía de Alejandra.
Se respiraba paz y tranquilidad en el ambiente, todo era maravilloso, nada podía alterar la forma en que Alejandra llevaba su vida, todo era conforme ella quería, nadie objetaba nada y para ella todo era perfecto, inclusive su mismo ser era una muestra de perfección.
Alejandra creía poseer lo necesario para cada situación, creía ser lo bastante buena para desempeñar cualquier oficio, y más si su “belleza” le ayudaba a conseguirlo, definitivamente, para Alejandra, en el mundo no había nada ni nadie que se pudiera comparar con ella, y consideraba que ni el mismo Dios podía compararse con su hermosura.
Cuidaba su cuerpo de tal manera que la mayor parte del tiempo buscaba sentirse bella, agradar a la vista de los demás, ser la mejor en el sentido corporal, a tal punto que llegó a olvidar nutrirse de conocimientos, se olvidó que la belleza de un ser humano no solo recae en la belleza física, sino también, en la belleza de su alma, en su capacidad espiritual y en su intelecto.
Alejandra era vacía, no pensaba en nadie más que en sí misma, y no se permitía querer a nadie que no estuviera a su “altura” pues la perfección no podía perderse, creía que al ser “perfecta”, debía encontrar alguien “perfecto” que estuviera con ella, pero esto no le preocupaba en lo absoluto.
Siempre vivió con la idea de ser la mujer más bella, de ser mejor que los demás y con la idea de que cuidar su físico era lo que la llevaría a la gloria eterna, nunca nadie la sacó de su error, nunca nadie le pudo decir que el físico no era lo único que importaba, pues fue educada en medio de un ambiente de lujos y comodidades que jamás se terminaría, ella estaba atrapada en una burbuja de cristal que no se rompería porque la que mantenía esa burbuja intacta era la misma Alejandra, pues desde siempre se le enseño que nadie era mejor que ella.
Espero les haya gustado el trabajo desarrollado, en una próxima oportunidad publicaré otras locuras...