jueves, 2 de diciembre de 2010

CORAZÓN

Corazón, nuevamente te fallé, nuevamente nos han herido a los dos, pero el más lastimado has sido tu.

Inesperadamente, aquel a quien creíamos nuestra otra mitad, nuestro complemento, se ha despedido de los dos y he llorado porque veo como sufres.

Corazón, ahora me toca a mí recoger las mil partes que han quedado esparcidas en el suelo luego de tan cruel adiós.

Corazón, buscando cada pieza del rompecabezas en que te has convertido veo que hacen falta piezas, él se las llevó entre sus dedos, o en sus pisadas, lo lamento, se que te he estropeado y que será muy difícil que pueda repararte, pues por mucho tiempo fue él el motivo de nuestra alegría, de nuestras sonrisas, fue él quien nos consolaba en los momentos de tristeza y hacía que brillara un arcoíris en los días nublados.

Mi querido tormento, causante de mi tristeza y de mi soledad, yo te entregué mi corazón en buen estado, solo tenía algunas grietas de amores ya olvidados, solo estaban las cicatrices del pasado, pero te lo confié porque pensé que en tus manos no sufriría, y por tanto, no tendría una herida más, pero que tan equivocada estuve, que solo me di cuenta en el momento en que tus palabras, como espadas afiladas, lo atravesaron y abriste tus manos para que callera luego de tu cruel tortura.

Pobre corazón, estás tan triste, pues él se va con el recuerdo de lo que por mucho tiempo fue tu complemento, de lo que fue un nosotros y que no volverá a ser, porque ahora son solo él y ella, se han separado nuestros ojos, nuestros labios, nuestras mentes, pero sobre todo nuestras mitades, y para serte sincera, tardaré un tiempo en arreglar el daño que él causó, la herida no fue pequeña y cerrarla requerirá de paciencia, pero te prometo rescatarte, o mejor, rescatarnos.

Corazón he encontrado tus alas rotas, pero no te preocupes, las volveré a pegar, para que puedas salir volando en búsqueda de aquel a quien verdaderamente le podamos decir “te amo” y que sepa corresponderlo con total sinceridad, piensa que algún día, nuestra verdadera mitad llegará, y ya no estaremos solos, dejando de ser un tu y yo para conformar un nosotros.

Corazón por ahora dame tiempo, para olvidar, para volver a sonreír, para recuperar los trozos que él se llevó y para encontrar a quien verdaderamente merezca llevarte entre sus manos.


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