Hoy quedó demostrado el poder tan infinito de la naturaleza; en menos de tres horas la Universidad de la Sabana quedó completamente inundada debido al desbordamiento del río Bogotá, y no solo la universidad, además cubrió completamente unas pequeñas casas aledañas, un colegio para niños especiales y la Clínica Universitaria Teletón.
El invierno está golpeando duro; Cundinamarca, al igual que muchas otras zonas del país, está en alerta roja, la movilización entre ciertos municipios y la capital del país es un caos, trancones que parecen interminables, pérdidas en cultivos, inmuebles, libros, en fin, lo que se puedan imaginar.
La impotencia de los colombianos frente a las fuerzas naturales se deja ver cada día más, y con ésta llega también la falta de esperanza por parte de aquellos que sufren las crueldades del clima y las lluvias no cesan un solo instante.
Por fin el mundo está devolviendo poco a poco el daño que por décadas la humanidad le ha causado, y no por venganza sino por tratar de proteger lo poco que le queda, se está defendiendo y no lo hace con armas, ¿es irónico no?, mientras muchos hieren con balas, la naturaleza hiere con agua; hoy nuestro país no solo sufre la inclemencia de la violencia a mano armada sino que también sufre la inclemencia del clima, pero aún así, y es de admirar, existen muchos que día con día se levantan pensando en que las cosas tienden a mejorar, hay muchos que luchan por un mejor futuro, que se las arreglan para salir de sus casas y de alguna forma llegar a sus trabajos, que a pesar del volumen de agua que cubre las calles son capaces de salir a las calles y buscar el sustento para los suyos.
Se podría decir que la naturaleza está molesta con los hombres por todo aquello que arrojan al ambiente, por tantos árboles talados, por tantos desechos arrojados, por el abuso en el consumo de los recursos naturales y hoy quiere enviar un mensaje bastante claro: "NO MÁS, ya basta de tanto abuso, ya basta de dañar todo lo que como mundo y entorno les ofrezco, no más maltrato ambiental".
Lo bello de nuestro planeta poco a poco ha llegado a perderse, el mundo está enfermo.
La humanidad en conjunto contaminó la atmósfera, y si en nuestras manos estuvo la causa del problema, en nuestras manos está la solución, y somos nosotros los que podremos superar juntos los daños que dejan las inundaciones y reconstruir lo perdido, y como el ave fénix, renacer de las cenizas o en éste caso, renacer del agua.
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