Estando mi alma apaciguada, sin mucho que hacer, sin esperar si quiera que llegara alguien que me hiciera sonreír, así transcurría mi vida y creía que era feliz.
Entonces llegaste de manera inesperada a robarte mis pensamientos, mi corazón, llegaste con una mirada, con un te quiero, con detalles que alegran mis días, mis noches, mi cielo y mis estrellas, llegaste y me haces sentir el deseo ferviente de querer tenerte en mi vida, de decirte te quiero, de no apartarme de ti.
Depronto sé que no te conozco pero creo conocerte, depronto mi corazón te estaba esperando y no lo sabía, depronto las canciones me recuerdan a ti y depronto hasta el viento me trae tu aroma y susurra a mi oído con tu voz.
Llegaste y me sorprendiste sin saber que eras tú, hiciste volar mi mente, preguntarme una y mil veces ¿quién eres?, ¿dónde estás?, ¿por qué no puedo verte?, y entonces algo en mi mente quiso verte, pero al mismo tiempo todo me distraía de ti, quería explicarme cómo no podía reconocerte si te tenía tan cerca, pero a la vez por no conocerte, mi mente se alejó, se distrajo, pero seguías ahí, como un leve pensamiento que me hacía quererte aunque seguía sin conocerte.
Y así el tiempo pasaba, y así mi mente divagaba, y así la vida nos acercaba, y a cada instante me acercaba más a ti, y así descubrí que ya te conocía, pero solo necesitaba permitirme verte, permitirte entrar en mi vida, y fue entonces cuando comencé a sonreír más, cuando un beso cobraba cada vez un mayor sentido, cuando la corta distancia se empezó a sentir cada vez más amplia.
Llegaron nuevamente tus detalles, me iluminaste con varios soles terrenales, alumbraste mi mañana, mi tarde, mi noche y hasta mis sueños; pese a la lluvia y el frío de la ciudad, esos pequeños soles estaban ahí dibujando una sonrisa en mi rostro y calentando la brisa de invierno, pero no fue lo único que dejaste para mí, dejaste también un bello mensaje y una misión importante adjudicaste a aquellos guardianes de traje amarillo, una misión que cumplían cabalmente y que cumplieron hasta el fin de sus horas.
Desde entonces esa sonrisa no se ha ido de mi rostro, desde entonces los valientes guardianes de traje amarillo quedaron grabados en mi mente, y desde entonces tu imagen se empezó a tatuar en mi corazón.
Así los días han continuado y nuevamente logras sorprenderme, me encantaban tus detalles y empezaba a saber cómo era esa persona que siempre quise, que estaba descubriendo y que no quería que se apartara, pero el detalle que estaba por llegar me sorprendería aún mucho más, ésta vez un ejército de los más hermosos corceles blancos escoltados por un caballero azul llegaron a la puerta de mi casa, enviados por ti.
Que hermosa sorpresa, el caballero azul ahora me acompaña en mis noches, vigila sigiloso mis sueños, y me recuerda a ti, tiene tu aroma impregnado, tu mirada hechizante, la suavidad de tus manos, la ternura de tus besos, es la mejor compañía, el mejor amigo, y el guardián perfecto.
Y así llegan y llegan cada vez más sorpresas, más canciones, más mensajes, más ilusiones, y así he descubierto que contigo mi vida es más feliz, que te encontré sin buscarte, que te quería sin conocerte y que te conocía desde el pasado, un pasado que tal vez escribimos juntos en otra era, y hoy se está empezando a volver un presente, un presente que me hace pensar que las teorías de los hilos de la vida son reales.